Y comieron perdices... o no.
No creo que sea tan malo dejar de creer en los grandes gestos. En los que salen en las películas de Hollywood, esos en los que el chico que la hace feliz aparece en su portal con un ramo de rosas debajo de la lluvia, acompañado con una declaración de intenciones bajo su brazo. Declaración en la que expone que sólo la quiere a ella, que quiere pasar el resto de sus días a su lado y que nunca debió dejarla pasarlo mal porque fue un tonto... sabía que le necesitaba con ella...
He dejado de creer en esos grandes gestos, que quizás no hayan sido nunca gestos, sino pedazos de imaginación de otra pobre que quiso que eso sucediera, pero no. En fin... no siempre las cosas de las películas son verdad. Ni el capitán del equipo de fútbol se queda con la fea, ni te enamoras perdidamente de tu amigo que te ama por encima de todas las cosas ni todas esas mierdas.
He de decir que el mundo real duele, señoras y señores y el príncipe no quiere mojarse bajo la lluvia por ti. Difícil decisión es si nos conformamos con lo mediocre o buscamos que nuestra fantasía se haga realidad, quizás no con lluvia, pero si a otra escala.

